Estudiar las capas de un cuerpo desde un corte concreto, examinar el funcionamiento de un corazón mientras se efectúa un electrocardiograma, obtener el detalle del sistema nervioso solo deslizando un dedo o comprobar el funcionamiento del cerebro mientras que efectúa un TAC son solo algunas de las posibilidades de este aparato táctil, valorado en unos 100.000 euros, que ofrece cuatro modelos de exploración en 360 grados --dos hombres y dos mujeres caucásicos y asiáticos-- que en un futuro puede, incluso, incorporar simulación de patologías.
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