Page presume de estabilidad y corrupción cero en C-LM

Aquí apostamos por el pacto y, obviamente, apostamos por la honestidad.

La honestidad no tendría que entrar en el mercado de la negociación política.

Conducirse con una mínima base moral es una cuestión evidente.

Y aquí creo, sinceramente, que los empresarios saben perfectamente que pueden venir.

Me sonroja y me da hasta cierto punto pudor, pero lo digo porque es algo de lo que puedo presumir y presumo de toda mi gente, ¿no? Aquí no se piden comisiones, no se piden mordidas, aquí no hay atajos.

Nos sentamos sin ningún tipo de problema con un empresario para hablar de sus proyectos, fíjense lo que les digo.

¿Saben por qué nos podemos sentar con ellos sin que nos acusen de corrupción? Porque no pedimos nada.

Es tan sencillo como eso.

Y eso que es importante para todos, lo es para ellos también.

Digamos que esta es una región en la que el que venga a invertir o el que esté sabe a qué atenerse, que no es poca cosa.

Saber cuál es el orden normativo, saber cómo funcionan las instituciones, saber que donde se dice que se va a hacer una cosa se va a hacer, que se cumple con lo prometido.

Esto finalmente son las generales de la ley, es lo elemental.

Lo que pasa es que, fíjense, que en España el sentido común sea noticia es bastante indicativo del problema que tenemos.

No debiera ser noticia el sentido común, como no debiera ser noticia pactar entre los grandes partidos, como no debiera ser noticia el diálogo social, como no debiera ser noticia el respeto al Estado de Derecho.

Aquí, al fin y al cabo, no lo es.

Lo es fuera, fíjense.

Y lo es muchas veces con mis declaraciones.

Pero en esta región es moneda de curso legal.

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